Diabólico

Cuando la casa se queda vacía, ellos hacen su aparición; lenta y sigilosamente abandonan su cautiverio tras las escenas que cuelgan inertes en los cuadros y comienzan a recorrer la casa con cautela para cerciorarse de que no hay nadie usurpando su espacio, luego, con creciente algarabía, comienza la escenificación del momento indeleble que ha quedado plasmado en la pintura. Si prestas atención, puedes sentir como fijan su profunda mirada sobre ti cuando creen que no les estás mirando y como murmuran disimuladamente entre ellos.

En el cuadro que preside mi habitación: un vulgo afligido rodea al moribundo, pero los asistentes no pueden ver lo que sucede, y el moribundo por su parte, tampoco puede verlos a ellos; no es que esté inconsciente: es porque su alma está a punto de traspasar el umbral.

Su mirada se centra con una atención obsesiva en el espectáculo dantesco que se muestra ante él: una turba de seres sobrenaturales ha invadido su habitación y se apretujan unos contra otros esperando ansiosos el momento de llevárselo consigo.

Algo me despierta a medianoche y pulso el interruptor con crispación, entonces me invade la sensación de que algo se ha movido en el cuadro, las figuras no parecen estar en la posición estática que yo recordaba.

Durante mi corto sueño creí haber escuchado un murmullo confuso de lamentos fúnebres y de rezos. No ha transcurrido ni el tiempo necesario para volver a retomar el hilo de mi sueño inquieto y convulso cuando una especie de temblor subterráneo sacude la estancia y ante la luz de la lámpara recién encendida, la figura del moribundo emerge del lienzo arrastrándose como un gusano y se reincorpora tambaleante dando paso a la siniestra procesión que le sigue: uno a uno descienden sus acompañantes: los llantos previos al sepelio parecen truncarse en una mueca burlona, y detrás de ellos van emergiendo en tropel los seres del inframundo; corretean bulliciosamente volcando objetos, saltando sobre mi cama y chocándose con los asistentes que con expresión molesta, tratan de mantener una actitud comedida. Lamento haber abierto los ojos para presenciar esa macabra representación que tiene lugar cada día y lamento también haber cruzado la mirada con aquellos ojos oscuros y centelleantes que parecen preguntarme: ¿Quieres ser uno de los nuestros?

Publicado en Amazon el 17 de octubre de 2021 dentro del libro titulado: ”Pesadillas”