Nosotros, señor, no somos autores malos. Las circunstancias de la vida y los avatares editoriales y de producción nos han desfavorecido. Nos ven como a un grupo de autores relativamente desconocidos, tanto la crítica especializada como el público en general. Esto obedece a varias causas que aclarar en este Informe Preliminar previo a la Carta de Solicitudes expresión de nuestras reivindicaciones. Uno de los motivos que nos condena al ostracismo es el contenido mismo de nuestras ideas. Destacan la feroz crítica contra la corrupción e hipocresía de la clase política, el ser contrarios a la brutalidad policial, la lentitud e ineficacia de la burocracia y del sistema judicial. Aparte, nuestra tradicional beligerancia antimilitarista y anticlerical.En materia religiosa, la mitad de nosotros somos ateos y la otra mitad agnósticos: un tétrico panorama que no nos favorece. Lo anterior, aunque importante, no es lo principal para que nos ignoren por completo negándose permisos, subvenciones y proyectos. Tenemos, pues, sobradas razones para considerarnos autores malditos. Y digo malditos a secas porque la idea fundacional originaria fué S.G.A.M.E., o sea: Sociedad General de Autores Malditos Españoles. La rechazamos para no dar pie a un peligroso equívoco y sus fastidiosas aclaraciones. Pues según carguemos el acento lo mismo dábamos a entender que éramos una Sociedad de Autores Malditos que de Malditos españoles. No podíamos permitirlo dados los tiempos que corren.
Al final, por si acaso, nos llamamos Sociedad General de Autores Malditos a secas. Y no lo somos por una maldición bíblica sino por el triple efecto del rechazo editorial, las inevitables trabas y excusas burocráticas y la conspiración del silencio de los necios mediáticos. Nadie nos publica ni publicita por el contenido de nuestras ideas. Los firmantes de este Informe Preliminar descartamos hablar a favor de los Gobiernos; no podríamos ni ensayando. Pero no estamos mejor con la Oposición pues tampoco sabe qué hacer con nosotros, considerándonos un caso perdido para su causa. Nuestras ideas son tan radicales e inasimilables que nadie sabe cómo aprovecharlas en su propio beneficio y utilizarlas en detrimento de sus adversarios políticos, quienes las rechazan de plano, como es lógico.
Al encontrarnos en un callejón sin salida elegimos ser una sociedad secreta. Tanto que algunos de sus miembros no saben de su pertenencia. Pero no crea su Excia que todo esto nos convierte en un grupo subversivo deseoso de violencia política en cualquiera de sus formas. Nada más lejos de la verdad. Sepa Excia. que somos tan buenos y honestos que nos atrevemos a reclamar sin rubor el privilegio de caminar sobre las aguas. Incluso creemos, sin parecer arrogantes, que su concesión provocaría una relativa ausencia de sorpresa. Nuestros enemigos, muchos y poliformes, tienen en común la ausencia absoluta de talento, y ser unas nulidades conscientes de su propia mediocridad. No extrañe que nos vean como una amenaza directa y quieran vengarse de nosotros por su frustración negándonos apoyo y toda ayuda oficial.
El tener la paciencia de leernos hasta aquí da fe de su mentalidad abierta y talante liberal. ¡No se ría Excia!. Vd. ya sabe que es el palo mayor de un barco que se hunde. Pese a lo dicho no caemos en la tentación del resentimiento social. Al contrario, aún podemos ser más ingenuos y creer en la honradez de los políticos cumpliendo sus promesas y la llegada de la tan anhelada rebelión de los “negros” en el mundillo literario. Me siento tan exultante como para ser profeta en mi propia tierra. Dos contundentes frases fundamentan mi Nuevo Credo: una escrita y la otra oral. La primera la escribiré en todas las paredes y vallas: “DEFECO EN LO POLÍTICAMENTE CORRECTO”. En cuanto a la frase oral la predicaré en una avenida o plaza pública. Si las autoridades lo permiten, diré: “DEJAD QUE LOS “ENFANTS TERRIBLES” SE ACERQUEN A MÍ”.
No abusaré más de su paciencia. Solo pido que nos ayude Excia. Vd. es nuestra última esperanza. Me despido de Vd. con la acartonada fórmula burocrática de ser su seguro servidor y demás parafernalia oficial. Si atiende nuestras solicitudes formuladas en la Carta Principal Adjunta a este Informe Preliminar, le daré un ósculo en la frente cuando tenga el privilegio de verle en persona.