Una de las principales obsesiones de la escritura tiene que ver con lo que llamaríamos “verdad emocional”. Una especie de verdad no biográfica, pero sentida. De tal manera que cuando un autor descarga su sentimiento sobre la página blanca, está llena de verdades (las suyas, evidentemente). Y es por eso que este tipo de realidad, escrita desde dentro, es tan difícil de encontrar como efectiva en su forma. Grandes equilibristas del lenguaje se topan una y otra vez con la carencia del poso vivido, del narrar sin interés. Porque, bien mirado, ni la técnica más depurada puede superar a la emoción pura.
Jordi Gómez ni siquiera necesita servirse de ello, le basta con estirar de su pasado y vivencias para tejer una historia a medio camino del realismo más crudo y la crónica social. “Un lobo sin manada” es el relato de una juventud difícil, donde la violencia, las drogas y la desesperación estallan a cada párrafo con la contundencia y la dureza de las vidas límite. Una historia despiadada del San Andrés más canalla. De allí donde se acaban las normas y comienza el imprevisto (como aquellas historias de “frontera” que nuestro imaginario a edificado a golpe de nostalgia). Quizás no es la novela más preciosa que nunca se ha escrito, pero ¿Quién quiere belleza cuando hay tanta autenticidad que enseñar? Pues eso, prepárese para un viaje visceral y descarnado en la Barcelona más oculta.
Es pot trobar a: LULU.COM