Una película Trans.

Hoy quiero viajar hasta el cine colombiano, para recomendar el trabajo del debutante Theo Montoya cuya película Anhell69 ha pasado por festivales tan prestigiosos cómo el Festival de Mar del Plata, donde se alzó con el premio a mejor película latinoamericana y en el Festival de cine de Gijón, donde se llevó el premio a la mejor película en la sección Tierres en trance.

En Barcelona, la pudimos ver en el pasado festival D’A y ahora llega a nuestros cines, aunque por desgracia no llega a todos los cines que tendría que llegar- sólo a 10 salas de toda España- para que el público pueda disfrutar del nacimiento de un nuevo género cinematográfico, el género Trans o híbrido, ya que es lo que plantea durante sus 75 minutos de metraje, su director.

Una película que anda a caballo entre el documental y la ficción, para hablarnos de una generación perdida en la ciudad de Medellín, una generación que nacieron durante la época más dura de los carteles y que estos jóvenes que rondan entre los 25 y 30 años, hablan de sus deseos y de sus sentimiento como personas, sin tener en cuenta su condición sexual.

Mediante un coche fúnebre, la cámara recorre las calles de la ciudad colombiana y nos presenta a los personajes anónimos y transgénero, para introducirnos en su amalgama de géneros de manera transgresora.

Con momentos visuales excepcionalmente bonitos y con momentos duros donde se puede apreciar la influencia de la película “Los Olvidados” de Luís Buñuel.

Pero también es un homenaje al cine de Victor Gaviria -que hace un cameo en el film- y en el influjo callejero de “La vendedora de rosas” (1988), para mostrarnos el influjo callejero y el ardor vampírico y violento de una ciudad que aún tiene los ecos de Pablo Escobar.

La película es en definitiva una sociedad cerrada para los que sueñan diferente y donde el único lugar donde se sienten libres es…Anhell69.

Bienvenidos al cine Trans, ese cine que no es ni documental ni ficción.

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