Fresca, cercana, intima.
Tras dos semanas pinchando en hueso, como dicen los más castizos en esa meseta castellana que forma nuestra querida España, esta semana he acertado en un film, que quizás no sea redondo, pero si que es fresco, cercano e intimo, donde seguramente todas nos sentiremos identificadas.
Una mujer llamada Zaida es nuestra protagonista. Una mujer que está en la treintena con un trabajo que le gustaría dejar y con una ruptura amorosa con Gabriela que le devuelve a la ciudad para reencontrarse y sobre todo apoyarse en su amiga de toda la vida, Rocío, que la invita a su casa para que conozca a su nueva pareja, Lara, una chica que prende atracción por donde pasa.
Me estoy refiriendo a la película “La amiga de mi amiga” de Zaida Carmona, una directora a la que descubrimos en el 2021 con su cortometraje “Son Ilusiones” y como actriz -cantante ocasional en las películas de Marc Ferrer.
Su ópera prima en el largometraje es un soplo de aire fresco en el cine actual. Un cine bollero, donde muestra una Barcelona femenina donde sus cinco protagonistas buscan el amor, pero que acaban encontrando deseo, amistad y malos rollos.
Y si la Ciudad Condal es un personaje más de la película, el cine de Eric Rohmer está presente en toda la historia de amor/desamor entre Zaida y Lara, pero lo hace como comedia de la cinefilia de sus protagonistas, donde la sala Zumzeig de Barcelona es el lugar de encuentro entre ellas.
Durante sus 89 minutos de película, Zaida Carmona intenta mostrar espacios como la librería La Carbonera o locales de la noche como La casa de la Pradera y con mucha música pop, que conforman una banda sonora espectacular.
La directora tira de amistades para formar una película fresca, que viene de triunfar en el festival de cine de Róterdam, con unos cameos tan maravillosos y divertidos como son los de Nausicaa Bonnin o Christina Rosenvinge entre muchas otras.
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