El hilo invisible de la intolerancia
Descubrí el cine de la marroquí Maryam Touzani en la Seminci de Valladolid del año 2018, con su película “Adam”, un film donde reivindicaba el papel de la mujer en una sociedad tan patriarcal como es la de nuestro vecino del sur, Marruecos.
Si en la anterior película, Casablanca es un personaje más, aquí es la ciudad de Salé la que toma el relevo para su segundo largometraje, “El Caftán Azul“, una película de 122 minutos donde Touzani dirige con maestría el trio protagonista, Saleh Bakri que interpreta a Halim, Luana Azabal que da vida a Mina y Ayoub Messioui que interpreta a Youssef.

Halim y Mina son un matrimonio que regentan una sastrería tradicional de caftanes en la Medina de Salé. Su tienda es una de las más antiguas de Marruecos y siguen realizando esa prenda tradicional para eventos especiales, negando incluso la entrada de la maquina de coser en la casa. Todo se hace a mano.
La pareja vive con un secreto desde que se conocieron, un secreto que Halim a sabido ocultar. La enfermedad de Mina, obliga a contratar en la tienda a un nuevo aprendiz (Youssef) que perturbará el equilibrio del matrimonio.
Maryam Touzani, mediante una mirada sugerente es capaz de adentrarse con sabiduría en realizadles ocultas de su país. Abordando la homosexualidad latente y secreta en esa sociedad.

La cámara, la luz, la atmósfera y la interpretación de los actores, está calculado con inteligencia y sensibilidad, confeccionando un tejido de cualidad suave al tacto pero con una sugerencia escabrosa para la vista.
El caftán azul no es una película más, es una película que ayuda a superar miedos actuales.

El film, no da puntadas sin hilo. Cada escena está diseña para llegar al espectador de manera sutil. Es el film que días después de verla, sigue en tu cabeza y en tu retina. De lo mejor del año.
VALORACIÓN: